lunes, 22 de marzo de 2010

Aqui estoy, Otra Vez

Aquí estoy otra vez. Por motivos de salud y porque salí de viaje no había escrito.
Agradezco a quienes enviaron mensajes a mi correo y a quienes dejaron una nota en este blog, como lo hizo Esther, preguntando cuando escribiría de nuevo.
Espero a partir de hoy poder hacerlo con regularidad. Gracias nuevamente por su interés.


Ya les conté como fui elegida para participar en la cinta “Los Tres Huastecos”.

Hoy les narraré como fue mi primer día en los estudios de cine Tepeyac y algunas otras remembranzas de la filmación.

Recuerdo haber llegado muy temprano con mi mamá a los estudios y fuimos directamente al set donde ya estaban trabajando los técnicos de iluminación y de escenografía realizando el interior de una iglesia.
Mi mamá preguntó por Ismael Rodríguez y le dijeron que aún no llegaba.

Mientras  mamá preguntaba por alguien más de la producción yo me acerqué a un señor que cuidaba una víbora y una tarántula que me llamaron la atención.
 Le pregunté si me dejaba jugar con ellas, pero el hombre me dijo que hasta que llegara el director, Ismael Rodríguez, no podía dejar que nadie las tocara. Yo le hacía preguntas sin parar: ¿Qué comen? ¿Dónde se duermen? ¿Cómo se llaman? ¿Muerden? ¿Por qué no están juntas? ¿Se pelean?, pues estaban separadas cada una en una especie de pecera rectangular.

Cuando el señor que las cuidaba estaba respondiendo a mis preguntas, me llamó mi mamá y salimos del set para dirigirnos al área de maquillaje. Me subieron en una silla muy alta a la que le habían puesto un banquito para que me sentara, me pusieron unos papeles alrededor del cuello y empezaron a pasar por mi cara una esponja húmeda con maquillaje. Yo no me estaba quieta y le preguntaba a la maquillista: ¿Qué es esto? ¿Para qué me pones eso? ¿Y por qué esto? ¿Y por qué lo otro?

Ella primero se reía, después iba contestando a mis preguntas diciéndome que tenían que maquillarme porque las luces de los estudios de cine eran muy fuertes y si no me maquillaban me vería muy pálida, ¿Y por qué me vas a pintar las cejas? ¿Eso para qué es? Hasta que me dijo que tenía que estar callada porque si no lo hacía el maquillaje iba a quedar horrible y yo iba a parecer una bruja.

Esa advertencia le dio resultado pues permanecí en silencio... pero solo por un momento pues en cuanto tomó una brocha para ponerme polvo volví a preguntar: ‘¿Y por qué me barres la cara con esa escobita?’ le dije. “Porque tienes que tener la cara bien barrida para que salgas bien en la película”, me contestó.

Y a partir de ese día, siempre llegaba corriendo a maquillaje y le decía ya vine para que me barras mi cara.

3 comentarios:

  1. Heeey que bueno que ya resgresaste, la verdad que sí te extrañaba. Es bueno saber estas mejor.
    A lo que escribes, imagino que no te costó mucho actuar verdad???

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  2. Muy interesante... Que bueno que ya esta mejor de salud y que haya retomado el blog, salu2 desde Peru =)

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  3. Que gusto que volvió, ya nos tenía muy abandonados e intragados con el resto de la historia. Con mucha admiración siempre.
    Maru Pes

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